Frases que me fascinaron

Fragmentos que me dejaron huella…

“Prometámonos a nosotras mismas que jamás nos quedaremos con algo que no nos gusta por el mero hecho de que sea cómodo. Nos merecemos lo mejor y, sobre todo, nos merecemos creerlo.” Valeria en blanco y negro, Elísabet Benavent

“No puedo decirte te quiero, porque es un insulto a lo que siento por ti… y si te digo te amo, apenas llega a describir lo que eres para mi…” Si tan solo fuera sexo, Myriam Ojeda

“Sé que es amor verdadero cuando me doy cuenta de que desearía poder pasar todo esto en su lugar.” Encontrando a Silvia, Elísabet Benavent

“Tu lugar en el mundo es donde esté tu corazón. El resto es escenario.” Eres mi paraíso, Barb Capisce.

“Nadie debería luchar por ser perfecto. Es demasiada tensión.” Regálame un día, Judith Priay.

“El trabajo debe ser el modo de ganar el dinero que necesitamos para hacer lo que de verdad nos gusta, pero me temo que yo me he dado cuenta de eso demasiado tarde.” El año que fue martes, Ernesto Valfer.

“Las malas experiencias que has vivido te cambian inevitablemente, pero las nuevas te renuevan.” Yo, tú, él y vos… de Benidorm a Las Vegas, Mar Cantero Sánchez

“A veces nos dejamos llevar por personas que dibujan para nosotros un escenario donde somos las estrellas principales, sin darnos cuenta que las luces del teatro deslumbran tan sólo por un par de horas, apagándose de pronto y dejando el alma en la más completa oscuridad.” Detrás del cristal, Mayte Esteban

“Para eso está la vida: para aprender de los errores.” Trazos de deseo, Elena Montagud

“…yo, definitivamente no soy de quien no me valora” Morir por esa boca, Mariel Ruggieri

“Las cosas no pasan porque si, la vida pone a las personas que tiene que poner en nuestro camino por algún motivo… No, no son casualidades, sino señales del destino.” Y llenarte el muro de flores, Laura Nuño y Helen C. Rogue

"... sólo necesitan encontrar aquello que les une para ponerse de acuerdo y actuar… aquí abajo hay sesenta mil personas, y todas, sin excepción, están haciendo lo mismo. Es el inconsciente colectivo. Una persona enciende un mechero, luego diez más siguen su ejemplo, cien copian la idea, mil dan el mismo paso y la onda expansiva llega a los sesenta mil en décimas de segundo. Es increíble. Si se pusieran de acuerdo para cosas más importantes, el mundo no estaría en crisis." El libro de la Elegida, Lena Valenti.

"Lo mismo que sientes tú por tú hijo, sigo sintiendo yo por ti. Y me duele no poder intercambiarme contigo cada vez que veo que sufres." Días de lluvia, Angeles Ibirika.

"¿Sabes por qué te quiero? No sabía que estaba perdido hasta que tú me encontraste. No sabía lo que era estar solo hasta la primera noche que pasé sin ti en mi cama."Maravilloso Desastre, Jamie McGuire.

“¿Una mala decisión que cambia tu vida a mejor es, a la larga, una buena decisión?” Las amantes de mi marido, Bridget Asher.

"Siempre pensé que la vida, como el amor, eran algo que había que beberse deprisa, sin detenerse ni para tomar aliento. Ahora sé que los excesos hacen que no diferencies las cosas realmente importantes de las que no lo son. Yo no supe valorar ninguna y lo he descubierto cuando ya es demasiado tarde."Donde siempre es otoño, Angeles Ibirika.

"Quiero ser tu principio y tu fin" Otoño en Manhattan, Eva P. Valencia.

"Porque necesito que entiendas que en esto que tenemos no solo estás tú. Que si quieres que forme parte de tu vida, tienes que asumir que tus actos tienen consecuencias y que en ocasiones, esas consecuencias pueden hacer mucho daño." Quiero que conozcas a alguien, Estefanía Yepes Sánchez.

jueves, 24 de julio de 2014

Todos los caminos me conducen a ti - Susana Oro



Sinopsis:

Cuatro vidas unidas por los caprichos del destino.

El autoritario y frío Lucio Marcia es un empresario que fundó junto a su socio Máximo Cuevas la compañía Art Fotos. Su vida está rodeada de lujos, no le faltan los placeres carnales y está convencido de que no existe el amor. Pero el día que conoce a la humilde camarera del restaurante Los Gringos, donde almuerza a diario y cena con bastante asiduidad, siente que su coraza de acero comienza a debilitarse por ella; y eso lo pone furioso.

Grecia Esteves sueña con ser fotógrafa de la empresa Art Fotos, pero por el momento disfruta de su trabajo de camarera. Es una joven ingenua que desparrama sonrisas mientras atiende a los clientes del restaurante Los Gringos, salvo a ese empresario imponente que parece un salvaje al que le han encajado un traje a medida. Él es un desfachatado que la intimida con esas miradas descaradas que le dedica a diario, y ella está dispuesta a demostrarle su indiferencia a pesar de la atracción que le provoca. Pero una escandalosa propuesta de Lucio cambiará para siempre el rumbo de sus vidas.

Blanca Esteves ha educado sola a su hija Grecia. Después de veintitrés años compartiendo la vida con ella, lo que menos quiere es que un padre desalmado, que solo puso su simiente y encima intentó robársela cuando nació, pretenda aparecer a compartir la educación y se inmiscuya en opinar hasta qué ropa interior es apropiada o no para Grecia. Ella es la única familia para su hija, y no está dispuesta a soportar a un extraño entrometido.

Máximo Cuevas ha buscado a su hija desde que Blanca Esteves huyó de aquel hospital de pueblo, negándole la posibilidad de compartir su crecimiento. Su forma cálida de ser esconde el odio y el resentimiento que guarda hacia la madre de su hija. Para su desdicha, nunca pudo hallar a esa niña que ya es una mujer; hasta ahora. Su desalmado y despreciable padre, Román Cuevas, lo mandará a llamar antes de morir para subsanar los innumerables errores que cometió en el pasado, y le dará pistas que Máximo tratará de seguir para encontrar a su hija. Lo que ninguno de los dos sabe es que Román Cuevas después de su muerte dejará mucho más que pistas, y eso complicará bastante la vida de Blanca y Máximo.

Dos parejas con amores tumultuosos donde el miedo, la inocencia y la inseguridad; y el odio, el rencor y la venganza son las barreras que deberán sortear para descubrir que por más esfuerzo que pongan en distanciarse, los caminos de la vida intentarán unirlos.

Mi opinión:

Tengo una sensación rara con este libro…

Para empezar, me sorprendió que ya al inicio del libro se descubriera muchísima parte de la historia, que es necesaria para entender el resto, pero yo pensaba… “es como si estuviese el final al principio…”

Tenemos a cuatro personajes principales, que son de generaciones distintas, pero todos ellos se ven mezclados en un telar de idas y venidas, tejidas por Román Cuevas, el padre de Máximo. Un padre autoritario que decidió, en el pasado, por su hijo. Decisiones equivocadas, que le costaron mucho más de lo que ganó. Ahora, en su lecho de muerte, decide remendar todos esos errores que cometió hace 23 años, devolviéndole a su hijo todo aquello que con sus malas acciones perdió.

Pero no será un camino de rosas… hay muchos odios, rencores, búsquedas infructuosas, demasiado pasado cargado a las espaldas y en las conciencias.

Como la sinopsis nos relata, Máximo y Blanca tuvieron una hija hace 23 años, Grecia. Pero Blanca y Grecia desaparecieron del hospital el mismo día del nacimiento, ¿por qué? Lucio, socio de Máximo está encaprichado de Grecia y Grecia sueña con trabajar para Máximo y Lucio sin saber quiénes son.

Miedos, amores, rencores, celos, orgullos, dolor, sorpresas… Un libro muy previsible pero al mismo tiempo sorprendente. Vas viendo lo que va a pasar en todo momento, pero aún así hay puntadas que te sorprenden.

Que más os puedo decir que no haya dicho ya… me deja un sabor un poco agridulce, por su previsibilidad. Me gustan libros que aún sabiendo que el final será “feliz” me sorprenda mucho por el camino, y éste me ha sorprendido poco, la verdad. Igualmente, no os desanimo a leerlo, quizá sea mi perspectiva la que influye en que la reseña no sea excesivamente entusiasta.


La historia está bien, como las decisiones de una única persona pueden afectar tanto a la vida de otras, uniéndolas o separándolas en situaciones más o menos dramáticas.

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