EN LOS
ZAPATOS DE VALERIA
Valeria es escritora de historias de amor.
Valeria vive el amor de forma sublime.
Valeria tiene tres amigas: Nerea, Carmen y Lola.
Valeria vive en Madrid.
Valeria ama a Adrián hasta que conoce a Víctor.
Valeria necesita sincerarse consigo misma.
Valeria llora, Valeria ríe, Valeria camina...
Pero el sexo, el amor y los hombres no son
objetivos fáciles.
Valeria es especial.
Como tú.
VALERIA EN
EL ESPEJO
Valeria está inmersa en una vorágine emocional.
Valeria acaba de publicar su novela y tiene
miedo a las críticas.
Valeria se está divorciando de Adrián y no es
fácil.
Valeria no sabe si quiere tener una relación con
Víctor.
Y mientras Valeria teme, llora, disfruta,
sueña...
...Lola no sabe qué hacer con Sergio. Se siente
sola.
...Carmen se ha despedido y lucha por comprender
a Borja, su novio y antiguo compañero de trabajo.
...y Nerea se levanta cada mañana con náuseas.
VALERIA EN
BLANCO Y NEGRO
Valeria encuentra un sujetador que no es suyo en
la casa de Víctor.
Valeria se siente humillada, engañada,
estúpida...
Y de pronto aparece Bruno, ¡peligro!
Y mientras el mundo se pone patas arriba...
...Lola conoce a Rai en sus clases de chino.
...Carmen tiene problemas en la organización de
su boda.
...y Nerea se ha cansado de ser Nerea la Fría.
VALERIA AL
DESNUDO
Valeria está con Bruno pero ¿por qué no deja de
pensar en Víctor?
Valeria ha elegido no sufrir y Víctor ser
sincero, ¿podrán ser amigos?
Valeria titubea, calla, respira, siente...
Valeria no sabe que su vida dará un giro en su
próximo cumpleaños...
Y desconoce que Lola, Nerea y Carmen buscan su
propio final de cuento, ¿o no?
Mi
opinión:
Lo primero es que he decidido hacer una reseña
única para toda la saga, porque ha sido como una droga para mí, empecé por “En
los zapatos de Valeria” y seguí sin parar con el resto, ni respirar casi hacía,
así que mucho menos hacer reseñas separadas…
Voy a decir que en mi opinión los libros de
Elísabet Benavent son libros que dejan resaca literaria. Porque se meten muy
dentro de quien los lee. Resultan arrolladores, como un tren de mercancías que
deja los sentimientos a flor de piel.
Dicho esto… voy a la reseña.
Empezamos con una Valeria resignada, saturada,
bloqueada, descuidada… que se ha perdido a sí misma en un matrimonio que no es
lo que era y del que se siente la única que pone intención de salvarlo.
Una Valeria que tiene que entregar su próxima
novela y no es capaz de terminarla, porque no va por el camino que ella quiere
llevarla, los personajes quieren coger vida propia.
Una Valeria con unas amigas que al principio me
han recordado a las chicas de Sexo en Nueva York. Mujeres completamente
diferentes que se complementan a la perfección.
Lola, la alocada, que no tiene filtro en la
lengua y que tiene más ligues a sus espaldas de los que podrá recordar.
Carmen, la sensata, la independiente, la
sincera, la mujer con curvas.
Nerea, la Fría. La que más prejuicios tiene, la
que más se preocupa por el que dirán, pero al mismo tiempo, es una Barbie.
La historia central es entorno a Valeria, pero
ellas tienen muchísima influencia.
Será Lola quién viendo a Valeria tan perdida
decide llevarla a una noche de chicas en la que le presentará a Víctor… Y Víctor,
pues es el típico hombre canalla, que sabe que nos vuelve locas y siempre
consigue lo que quiere. Y lo que Víctor va a querer a partir de esa noche es a
Valeria.
Valeria querrá luchar por salvar un matrimonio
en el que empiezan a influenciar terceras personas. Una lucha en la que ya se
sabe el final de la batalla desde antes de empezar.
Poco a poco le irá dando cancha a Víctor, que le
das la mano y se coge el brazo… pero siempre respetando.
Cuando parece que por fin tienen el camino
libre, llegan los miedos, las inseguridades, las desconfianzas, los agobios,
las comeduras de cabeza… y yo pienso que sólo pueden hacernos daño las personas
a las que amamos. Solo que a veces nos obcecamos en que lo mejor para nuestra
salud mental es alejarnos de aquello que más deseamos y queremos para tener paz
y tranquilidad.
Serán continuas las luchas internas de Valeria
con respecto a la relación con Víctor, porque viendo como era Víctor en su
primera aparición… ¿qué esperaríamos de él?
Por el medio aparecerá Bruno, un escritor
consolidado que despertará en Valeria muchísima atracción sexual, empezará como
un juego y se convertirá en una relación que exige más de lo que está dispuesta
a dar, porque mira que lo intenta, que pone de su parte, pero no hay manera, porque
en el fondo, su corazón y su vida, le pertenecen a Víctor.
Y Víctor, luchará continuamente con Valeria para
intentar demostrarle que lo que él quiere no es lo que ella espera de él, lo
que él quiere es… más.
Por el lado de las chicas…
Lola empieza la saga siendo la amante de su
jefe, pasará por la fase de aceptación de sus verdaderos sentimientos y luchará
por superarlos, dándole a él una lección. Y conocerá a Rai en una academia de
idiomas. Y Rai… no es lo que parece en un principio, es muchísimo mejor.
Carmen está en una continua lucha en su trabajo,
donde su jefe le hace la vida imposible y dónde Borja, el chico del que está
colgada parece mirar a otro lado. Digo parece, porque de nuevo con Borja, nada
es lo que parece. Él también vive confundido con respecto a Carmen, pero
tendrán su historia, con su más y su menos, con sus peleas, con sus luchas, con
sus problemas familiares, con la aceptación de lo que les guarda el destino.
Nerea… pues empieza siendo Nerea la fría y
acabará siendo Nerea a punto de ebullición. Nunca será Lola, pero da un cambio
radical. Dejará de ser una chica de apariencia estirada que busca para su
futuro lo correcto aunque no le despierte sentimientos para ser una mujer que
lucha por lo que quiere, que trabaja en lo que le gusta y que se mueve por
sentimientos y sensaciones.
Una historia que me ha tenido atrapada durante
una semana, dedicándole todos mis ratos de descanso, con ansiedad, con intriga,
con entusiasmo, con angustia, con muchísima curiosidad.
Una saga que se va a convertir en un referente
en mi biblioteca, por necesaria, por real, por brutalmente arrolladora.
Y me quedo con un fragmento de “Valeria en
blanco y negro” que me parece que tiene mucha verdad y que es de aquellas que
tendríamos que tener siempre presentes… porque al final, si no somos un poquito
egoístas, ¿qué nos queda?
“Prometámonos
a nosotras mismas que jamás nos quedaremos con algo que no nos gusta por el
mero hecho de que sea cómodo. Nos merecemos lo mejor y, sobre todo, nos
merecemos creerlo.”
